jueves, 16 de febrero de 2012

La ONU repudia al régimen sirio

Pero si fuera Estados Unidos el encabezado seria diferente.




La Asamblea General de la ONU aprobó ayer una resolución contra el Gobierno de Siria que condena la represión, repudia al régimen y respalda el plan de paz de la Liga Árabe, que pide que Bashar al-Assad renuncie y traspase el poder a su vicepresidente para facilitar la transición democrática. La moción, aprobada por 137 países y rechazada por 12 (entre ellos China y Rusia —los grandes valedores de Damasco en el Consejo de Seguridad— así como Irán, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia) subraya el aislamiento del régimen, como paria de la comunidad internacional, al exigirle que ponga fin a los ataques contra la población.


La resolución no tiene carácter vinculante y solo tiene valor simbólico. Su texto es igual que el que China y Rusia vetaron en el Consejo de Seguridad el 4 de febrero. Por el mismo, la Asamblea General condena «las sistemáticas y generalizadas violaciones de derechos humanos y libertades fundamentales cometidas por las autoridades sirias», a las que acusa de emplear la fuerza contra civiles, realizar ejecuciones arbitrarias y del asesinato y persecución de los manifestantes, defensores de derechos humanos y periodistas.


En este mismo sentido, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, incidió ayer en que hay serios indicios de que el régimen sirio está cometiendo crímenes contra la humanidad. «Vemos barriadas bombardeadas de forma indiscriminada, hospitales utilizados como centros de tortura, y menores, incluso de diez años, encarcelados y sometidos a abusos», afirmó Ban, quien recordó que más de 5.000 personas han muerto por el fuego de fuerzas gubernamentales.


Ban se reunió infructuosamente con Serguei Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores ruso, para intentar llegar a un acuerdo después de que la diplomacia francesa presionase también para que el Kremlin acepte medidas como la creación de corredores humanitarios que sirvan para aliviar el sufrimiento de la población.


Pero poco cambia sobre el terreno. Las tropas leales a Al-Assad lanzaron ayer una sangrienta ofensiva contra posiciones rebeldes en la región de Deraa. «El bombardeo del ejército comenzó antes del amanecer, y después se produjeron intercambios de disparos», declaró el activista Hussam Izzedine a Reuters. Según Izzedine, el Ejército Sirio Libre ha tratado de proteger a los manifestantes en varias zonas de la ciudad. Mientras tanto, continuaron los bombardeos en Homs, Hama e Idlib. La oposición asegura que habrían muerto más de 60 personas por estos ataques.

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