El pasado sábado 28 de abril en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana campus Puebla se llevó a cabo un retiro en el cual participaron jóvenes de dicha institución, de las licenciaturas de comunicación, arquitectura, comercio y Nutrición y Ciencia de los Alimentos. La cita fue a las nueve de la mañana en el salón C201 en donde una de las maestras organizadoras le pidió a los alumnos que entregaran su celular, ya que no podían ingresar con ellos al salón. Con la sorpresa y disgusto de los asistentes uno a uno fueron depositando su celular en una bolsa negra.
La gran mayoría de los alumnos que asistieron no estaban de muy buen humor, ya que algunos habían salido la noche anterior y a otros solo se les hacia una pérdida de tiempo.
Unos minutos pasadas las nueve de la mañana los asistentes ingresaron al salón, dando como inicio al retiro, en donde las maestras organizadoras les dieron las gracias a sus alumnos por haber asistido, cuales acarreados a un evento del PRI ya que se les prometió que por su participación ya no tendrían la necesidad de acudir a sus próximas clases de Introducción al Pensamiento Universitario.
Una vez finalizada la bienvenida se dio inicio a las actividades programadas, aunque a pesar de que hubo una gran notoria y falta de interés por parte de los alumnos, estos participaron por que “ya no les quedaba de otra” aunque estuvieron de acuerdo que la segunda actividad fue la más entretenida, ya que esta consistió en hacer figuras de barro.
Cuando los alumnos estaban en la mitad de la tercera actividad, algunos le empezaron a reclamar a una de las maestras que querían ir desayunar ya que eran las once de la mañana con aproximadamente treinta y cinco minutos y se encontraban con mucha hambre.
Al termino de la actividad la maestra les autorizó ir a desayunar y una vez dada la autorización, algunos de los alumnos se dirigieron a paso veloz hacia la cafetería de la universidad no sin antes recoger su celular.
Los alumnos ya estando en la cafetería y contando con poco tiempo para comer procedieron a comprar. Ya una vez estando con los alimentos en la mesa, empezaron a hablar sobre lo que podían haber estado haciendo en vez de estar ahí, muchos diciendo que a esa hora estarían dormidos. A lo largo del desayuno hubo quejas hacia una de las maestras y hacia el retiro, además algunos de los alumnos estaban haciendo “planes” de lo que iban a hacer ese día en la noche.
Una vez acabado el desayuno los alumnos se dirigieron de vuelta al salón con realmente muy poco entusiasmo, manifestando, en el camino, una vez más su malestar por encontrarse en las instalaciones de la universidad el sábado en la mañana.
Estando de regreso en el salón, una de las maestras organizadoras pidió nuevamente a los asistentes que entregaran su celular, solo que en esta ocasión no todos hicieron entrega de su dispositivo móvil ya que lo escondieron en sus bolsillos.
De vuelta la asistencia al salón se procedió a continuar con las actividades programadas, no sin antes que uno de los asistentes pasara a recoger una pequeña cooperación para que se pudiera comprar la comida que más a adelante se iba a tener.
Reanudadas las actividades, algunos alumnos tuvieron que retirarse y los que se quedaron empezaron a prestar menos atención a las pláticas y se les comenzó a notar una cara de desesperación y aburrimiento que con el paso de las horas se volvía mucho más notoria.
Para la una y media de la tarde se hizo otro receso de actividades para que los maestros y los alumnos asistentes pudieran comer. La comida consistió en pizza y refresco para lo cual había sido la cooperación. Aunque en un principio hubo problemas por saber cuántas rebanadas le tocaban a cada quien, todos procedieron a comer sin respetar la cantidad acordada.
Después de aproximadamente 15 minutos de descanso se procedió una vez más a reanudar las actividades, solo que en esta ocasión se llego al acuerdo de saltarse unas cuantas para que el retiro acabara lo más pronto posible.
Durante esta mitad del retiro, las actividades consistieron e hacer unos ejercicios escritos y en una plática, pero para todo esto, los alumnos ya tenían muy poca disposición para continuar y se les notaba mucho más una cara de aburrimiento y la desesperación por ya querer irse a sus respectivos hogares.
Finalmente el retiro concluyó a las cinco de la tarde con una actividad al aire libre donde los asistentes y los maestros organizadores dieron las gracias por haber compartido todo un día de actividades en la universidad. Una vez terminada la actividad los alumnos regresaron por última vez al salón para recoger sus cosas y así poder retirarse cada quien a sus respectivas casas.